Champions League: Real Madrid - PSG

Mbappé vivió su primera gran noche europea en el Bernabéu

Mbappé Bernabéu
Mbappé, sobre el césped del Bernabéu. (AFP)

Mbappé ya sabe cómo se las gasta el Real Madrid en la Champions. Se hizo una pequeña idea en 2018, cuando los blancos pasaron por encima de los parisinos camino de la Decimotercera, pero lo que vivió este 9 de marzo de 2022 en el estadio Santiago Bernabéu no se le olvidará jamas. Demostró que es el mejor jugador del mundo, pero ante el rey de Europa quedó claro que nada es suficiente. Kylian tendrá que seguir viendo la Champions por la televisión y los de Ancelotti ya piensan en cuartos.

Era el hombre de la noche. Todas las miradas le apuntaban. Alguna casi con los mismos ojillos de enamorado con los que él miró al Bernabéu en el entrenamiento previo al encuentro. Kylian Mbappé era el gran deseado, el gran protagonista y asumió ese papel desde el primer minuto sin problemas. Como pasó en París hace tres semanas, cuando su nombre sonó por la megafonía del estadio el graderío respondió con una ovación. Ancelotti la entendería por eso de que a Chamartín le gustan los buenos jugadores, otra cosa es cómo les sentó a sus jugadores.

El Real Madrid salió con ganas. En dos minutos ya había creado más peligro que en los 90’ que jugó en París. Ante la asfixia blanca, el primer balón largo del PSG fue hacia el protagonista de esta historia. Kylian no llegó, Courtois sí y el Bernabéu respiró. La segunda oportunidad llegó tras una salida rápida de Messi, que dio un balón a Neymar, el brasileño prolongó para Mbappé y Militao, como el madridismo en bloque, comenzó a rezar todo lo que sabía. Finalmente, su disparo lo paró abajo Courtois. En el tercer susto Militao midió mal y otra vez Courtois salvó los muebles ante el ‘7’. Tres ocasiones parisinas, tres ocasiones del deseado.

En el minuto 15 se cansó de poner en jaque a Carvajal y Milito y se cambió de banda para dar la noche a Nacho y Alaba. Un peligro constante. No tardó en volver al costado derecho, donde más cómodo se siente y donde más inquieta. Por cierto, del pisotón que sufrió el lunes ni rastro. Y si le dolía lo disimulaba muy bien.

Se lo iba mereciendo

Con el paso de los minutos su peligro se fue difuminando, pero sólo fue un espejismo, ya que conseguía batir a Courtois con un gran disparo raso que rompía el corazón de los madridistas, pero el línea vio fuera de juego de Nuno Mendes en el inicio de la jugada para devolver el pulso al Santiago Bernabéu.

En la siguiente no iba a perdonar. Balón en largo de Neymar, espalda de Carvajal ganada, que había decidido, nadie sabe muy bien el motivo, tirar un caño a Nuno Mendes que, obviamente, le salió mal, no llegó Alaba y por el palo de Courtois el galo definió para, esta vez sí, enmudecer el Bernabéu y demostrar que en estos momentos es el mejor jugador del planeta, aunque Pochettino se empeñe en decir que es un simple aspirante. En 45 minutos dejó claro que está por encima del resto, Messi incluido.

El rey es el Madrid

El paso por los vestuarios no alteró los ánimos de un Mbappé que la primera que tuvo acabó dentro y, otra vez, invalidada por fuera de juego. Eso sí, sólo por ver como rompió a Courtois mereció la pena. Después, arrolló como un toro a Alaba y Militao, palabras mayores, para volver a inquietar a los blancos. De ese pelea se terminó llevando un golpe con el suelo que le dejó tocado.

Entonces la defensa del PSG falló y marcó Benzema. Y volvió a marcar Benzema. Y Benzema hizo el tercero y Mbappé, que es el mejor jugador del planeta sin discusión, conoció lo que es el Real Madrid y lo que es la Champions en el Bernabéu. Tranquilo, Kylian, ya queda poco.

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